¿Por Qué Llevamos un Nombre Tan Dulce? Descubre el Secreto de Cañas Dulces

Si has visitado la provincia de Guanacaste, seguramente conoces o has escuchado hablar de Cañas Dulces, el segundo distrito del cantón de Liberia. Es un nombre que evoca algo especial, pero ¿alguna vez te has preguntado de dónde viene esta denominación tan particular y "dulce"? Aquí te contamos la fascinante historia de nuestro querido pueblo.

La Historia Detrás del Nombre


Gracias a la valiosa información que nos compartió Don Luis Ángel Brizuela, conocido cariñosamente como Cholo Brizuela (miembro de la Asociación para la Cultura de Liberia), podemos sumergirnos en el libro "Historia de Cañas Dulces", del autor Juan Rafael Ramírez Alvarado (Cañas Dulces de Liberia, 1939-2020).
Don Juan nos revela en su libro (p.29) que: "El nombre Cañas Dulces deriva de una de las actividades más características de la provincia guanacasteca y del país, la siembra de Caña." Este producto no solo era esencial para el consumo humano, sino también fundamental en la alimentación del ganado, una actividad predominante en las haciendas de aquella época.
Inicialmente, el lugar fue conocido como Santa Teresa de Cañas Dulces, una denominación que reflejaba las prácticas religiosas de la época. Con el tiempo, la parte religiosa se desvaneció, y solo quedó el nombre de Cañas Dulces.
Además, Don Célimo Guevara aportó un dato clave a Juan Rafael Ramírez. Él informó que Román Guadamúz, apodado "Chontales", tenía en su finca "Pan de Azúcar" cañaverales de caña excepcionalmente dulces. De estas cañas obtenía jugo con pilones de madera para elaborar las tradicionales tapas de dulce. Esta práctica, y la dulzura de la caña de esa finca, contribuyeron significativamente a que el nombre de Cañas Dulces perdurara hasta nuestros días.

Endulzando el Presente y el Futuro


Hoy, en Cañas Dulces, seguimos honrando nuestra tradición y el legado de nuestro nombre. Continuamos sembrando y procesando la caña de azúcar de la forma más auténtica y guanacasteca: en un trapiche de madera operado por bueyes. De este proceso artesanal, extraemos el dulce jugo de la caña, con el que preparamos deliciosas recetas tradicionales que deleitan a locales y visitantes.
Incluso el bagazo, lo que queda de la caña después de extraer el jugo, tiene un propósito vital: alimentamos a nuestros caballos con él, asegurando que estén llenos de salud y energía para las cabalgatas que son parte de nuestra cultura.
Así que, la próxima vez que escuches o visites Cañas Dulces, sabrás que detrás de su nombre hay una rica historia ligada a la tierra, a las tradiciones y, por supuesto, a la dulzura que nos caracteriza.